Pongo a su disposición esta reflexión del P. Pablo Fontaine, Religioso de Los Sagrados Corazones de la Parroquia san José, La Unión... Orémosla, meditémosla y anunciémosla con ¡valentía! discipular.
La vida del verdadero discípulo misionero de Jesucristo, cuando está anclada en El, ha de ser profética... de lo contrario, más nos valdría atarnos una piedra en el cuello y tirarnos al mar... siesque escandalizamos a los más pequeños... Y allí entra nuestro silencio, nuestras complicidades, nuestros acomodos y también, la realidad que grita: ¡ser auténticos discípulos y discípulas de Jesucristo!
La vida del verdadero discípulo misionero de Jesucristo, cuando está anclada en El, ha de ser profética... de lo contrario, más nos valdría atarnos una piedra en el cuello y tirarnos al mar... siesque escandalizamos a los más pequeños...
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